[ Las Gordas ]

Como todos ustedes saben, en este piso chiquitito de las Palmas vivimos Irina, Jose, Marceline y yo. En mi blog les cuento todas las cosas que nos pasan y les enseño muchas fotos de nuestra vida (aunque sobretodo de mi vida en particular)

Lo que muy pocos saben es que no estamos solos en esta casa. Y no, no hablo del fantasma que Marceline y yo de vez en cuando observamos por las noches. Hablo de nada más y nada menos que de las gordas.


Se llaman Mike Roborowsky y Sullivan 
en honor a los protagonistas de Monstruos SA,
según me contó Irina. 

Aunque en realidad las dos son hembras, 
no machos.


Al principio, que fue mucho antes de que yo llegase a la vida de Irina y Jose,
vivían en esta jaula que ven en la foto. 
Pero, aunque era super bonita,
no les terminó de convencer.
Finalmente construyeron otra, que ya verán en otra entrada.


Se metían en ese tubo y no salían nunca.
Lo que hacía imposible cazarlas para jugar con ellas.
De todos modos, finalmente se dieron cuenta que eso daba igual.
Que si no se podía jugar con ellas
era por la raza que son:
ROBOROWSKYS


En realidad son muy monas, pero personalmente
conmigo ni fu ni fa. No saben jugar así que
no tenemos mucha relación.


Una vez les compraron una bola para que corrieran.
Pero solo conseguían pegarse contra las paredes.
Además Jose e Irina descubrieron que los hamsters son miopes,
así que no ven tres montados en un burro,
con lo cual la bola perdió todo su sentido.


¡Les encantan los rollos de papel higiénico!
¡En eso si que nos parecemos!


Pero siempre terminan comiéndoselos,
con lo cual casi nunca les damos.
Vamos...
igual que yo.


También les encanta usar la rueda.
Corren mucho, sobretodo cuando piensan que las van a cazar
que es cuando Irina o Jose intentan cogerlas.
¡Cómo si verdaderamente huyeran corriendo en la rueda!


Irina me dice que les diga que perdón por las fotos movidas.
Pero si ya es difícil sacar fotos a Marceline, imagínense lo que cuesta sacárselas a dos hamsters.

A día de hoy las Gordas tienen aproximadamente mi edad.
Es decir, dos años.
Pero eso no significa lo mismo conmigo que con ellas.
Con lo cual nos pasamos el día muy pendientes de cómo van con su tercera edad.
De hecho hay una a la que de vez en cuando le dan jamacucos.
¡Pobrecina!

¡En breve subiré un vídeo para que las vean mejor!
¡En pleno jamacuco!

Saludos ratifilicos
Lola

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