Pero en Fuerteventura no puedo evitar verme rodeada de gatos constantemente. Y es cierto que muchas veces paso de ellos,... pero otras muchas les ladro. No soy una perra de mucho ladrar, solo lo hago un poquito cuando llegan Irina y Jose a casa, y con los gatos. No me puedo aguantar e Irina no puede estar todo el día detrás de mi pendiente si se me acerca un gato.
Ahora, por ejemplo, me acerqué a Tygrin y...
...le ladré de nuevo.
Sospecho que esta mala costumbre mia no hace muy feliz a Irina, pero no se qué hacer para arreglarlo. Me habían dicho que a lo mejor me traian un amigo gatuno para vivir conmigo en Las Palmas, pero después de mi comportamiento en Fuerteventura no se si será una mala idea.
A los gatos no les gusta que les ladre y me arañan. De momento no me han hecho daño, pero si sigo así puede que terminen haciendomelo. Lo peor es que corregir mi comportamiento es sumamente complicado porque requiere la colaboración de un gato y ninguno se presta a estar a mi lado tras tantos ladridos. De hecho Irina ya ha sido arañada gracias a intentarlo.
En fin, no siempre son buenas noticias lo que tengo que contar.
Besos de amor
Lola
No hay comentarios:
Publicar un comentario